Sin mover un minuto del día, feroces, inconscientes y tristes almas, aclaman por una oportunidad de estar en la gente, y seguir el movimiento denigrante de la calle, en la que, cada esquina son vendidas mascaras de contrastes que no son mas caras que tu silencio o el perdón sin esperanza de un preso.
Esteban Hinojosa.
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