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lunes, 6 de agosto de 2012

Sin derecho a voz

Como un hacha siniestra, queriendo cumplir su rol de partir y cortar almas al azar

Pasamos de ser unos simples humanos, a los guerreros urbanos más feroces y sin piedad
Nunca pensando en las consecuencia de los actos, solo actuando sin conciencia ni elocuencia
Deteriorando cada día el filo, el enemigo contraataca, la infantería grita: Consumo! y la iglesia le responde: Somos uno.

Sin remedio ni opción fueron llamados a la guerra, preparando sus armas, afilando sus lenguas, gritando la consigna
"Volvamos a ser uno por la razón o la fuerza" nada pudieron entender aquellos que no tenían ni la  razón ni la fuerza.
En fin, Marchamos con el destino en nuestras armas, en nuestras voces. Solo aquellas bien afiladas triunfarían, siendo las más feroces una molestia hasta para los mismos dioses

Sangre en las paredes, Pancartas en los techos, muertos sin ideas, y enemigos solo generando desprecio.

Al final y con la gloria al pie de la puerta, nos abalanzamos sin pensarlo sobre aquello que tanto buscamos, una palabra, una voz amiga, que nos escuchara sin temor ni prejuicios
y no generara más odio sin sentido en el país de la gente que escucha pero no entiende, o que solo busca sus alcaldes o presidentes, bajo promesas y consignas de: "Aquí triunfara el más fuerte"

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